“Llegué a Biomedics llorando de dolor, casi sin poder caminar. Había sido diagnosticada con fibromialgia hace tres años. Comencé con la terapia una vez a la semana. Luego de un mes, mi mamá me pregunta, ¿cómo te has sentido?…si mi mamá no me hubiera preguntado, no me habría acordado que tenía fibromialgia, así de increíble, no me di cuenta cómo me sané de un día para otro. Durante seis meses, fui súper matea y constante, yo asistía a la terapia sí o sí. Ahora he estado súper bien, quizás he tenido alguno que otro episodio, pero muy leve y controlable. A cada persona que escucho que tiene fibromialgia, se lo recomiendo de inmediato, y la verdad, me lo han agradecido”.