- Mantente fresco cuando otros estén furiosos y pierdan la cabeza.
- Recuerda que cada discusión tiene al menos tres puntos de vista: El tuyo, el del otro y el de los terceros.
- Espera calmarte antes de hablar.
- Trata a toda persona con la cual tengas contacto como si fuera un pariente rico, de quien esperas ser incluido en su testamento.
- Busca el lado positivo y agradable, aún de las situaciones más complicadas y dolorosas.
- Establece el hábito de hacer preguntas y, sobretodo, de escuchar las respuestas.
- No hagas o digas nada que pueda herir o hacerle daño a otra persona.
- Sé consciente de la diferencia entre análisis amigable y crítica destructiva.
- Ten presente que si toleras a los demás, ellos también serán pacientes contigo en los aspectos no muy gratos de tu personalidad.
- El verdadero líder sabe reconocer sus errores y aceptar responsabilidad.