“Después de haber fumado durante 35 años, cumplí 2 años y 8 meses sin fumar. No era una paciente fácil: relajadamente, partía en una cajetilla al día y si tenía un evento o algo así, aumentaba el consumo. Aunque tú mentalmente puedes estar preparado para dejar de fumar, el cuerpo te pide la nicotina, además, todo el mundo fuma en la calle, venden cigarros en todas partes… si te quieres engañar, ¡venden cigarros en la esquina!, entonces ahí es donde uno tiene que tener control sobre sí mismo. Durante el tratamiento en Biomedics, me aplicaron programas para la adicción y otros para disminuir los niveles de ansiedad, también tuve un proceso de desintoxicación con medicamentos naturales de origen alemán. El primer mes sin fumar estuve mal genio, y es fundamental el apoyo de los más cercanos, la familia. Y aunque tuve miedo a fracasar, sabía que yo era capaz. Con la ayuda de Biomedics y la fuerza de voluntad, se puede; absolutamente. No he vuelto a fumar, y si bien a veces me acuerdo del tema, no he dado ni siquiera una piteada, nada”.